domingo, 28 de agosto de 2016

MIS PRIMEROS DÍAS EN AMÉRICA (+13)

Parece que las cosas a veces no llegan, pero al final todo tiene que ocurrir.
El lunes 15 de agosto, me levanté bastante pronto la verdad, porque mis nervios no me dejaban conciliar el sueño, era mi último día en Lucena hasta dentro de 10 meses. Todo estaba listo excepto algún que otro arreglo en las maletas pero para las 12 de la mañana, todo en su sitio y listo para esa misma tarde. Fui a almorzar con mis padres, mi hermana y mi abuela a la Sierra de mi pueblo y después nos dirigimos a mi casa para coger las maletas y partir hacia Córdoba.
En la estación de tren tuvo lugar la triste despedida con alguna que otra lágrima pero sabiendo que dentro de muy poco tendríamos el reencuentro. Allí conocí a dos becados, Cristina y Amalio, con los que viajé a Madrid. Al llegar a la capital, nos encontramos con más chicos que volaban al siguiente día y después de salir a cenar con la monitora de la FAO, fuimos a dormir a nuestras habitaciones en un hotel a las afueras de Madrid.
Martes 16 de agosto. A las 7 de la mañana nos levantamos a desayunar y justo a continuación, directos al aeropuerto de Barajas. Tras todo el proceso de facturación y controles, a las 11:30, fuimos a la puerta de embarque ya que era la última llamada antes del despegue, llegábamos muy tarde!!
A las 11:50, salió el vuelo con destino Chicago. Fueron 9 horas largas pero entretenidas porque el avión contaba con una pantalla en la que podías ver todo tipo de películas, jugar a juegos o escuchar música. También nos dieron de comer, y sí, la comida de los aviones no es muy buena precisamente.
Llegamos finalmente a Chicago a las 14:15 hora americana, y nos esperaban otras 7 horas esperando hasta mi segundo vuelo a Madison, WI, que salía a las 21:50. José, un chico de la beca de Santander y yo, llegamos al aeropuerto rondando las 11 de la noche. Allí tuvo lugar el encuentro con mi host family, que me recibieron con un cartel y me llevaron a Rockford para dormir después de un largo, largo día.
El segundo día conocí a mis tres hermanos americanos, y me llevaron a comer a Taco Bell y después fuimos a hacernos los exámenes médicos para el instituto.
El lunes 22 de agosto, empecé el instituto en el Boylan Central Catholic High School a las 8 de la mañana. Unos días antes había hecho un tour por el instituto y había visto mi taquilla y las clases a las que iba a asistir. Pero tengo que admitir que el primer día fue un poco caos porque el instituto es enorme (como todo en América), y costaba situarse. Pero siempre había gente que me quería ayudar cuando me veían algo perdido. Quizá puedo decir que la mejor clase es Español, porque estoy con los seniors del instituto y les encanta oír hablar a los españoles y que le ayudemos con el idioma. Y los compañeros en Boylan se preocupan mucho por ayudarnos y darnos a conocer a otra gente.
Ya llevo casi una semana de clase y por ahora estoy muy contento con el instituto ya que es totalmente diferente a España. También estoy haciendo las pruebas con el equipo de soccer y ya fui el viernes a mi primer partido de fútbol americano con la sección de estudiantes de Boylan, y fue justo como esperaba, school spirit y pasión por el deporte.
 Además, este domingo fui a Iowa a ver la Universidad de mi host sister, y de paso me enseñaron la ciudad de Davenport y el río Mississippi.
Por lo tanto, aquí empieza la aventura que tanto tiempo llevaba esperando y no ha podido comenzar de mejor manera la verdad. Estoy muy agradecido con mi familia americana y con la gente que me rodea aquí en Estados Unidos. El sueño americano empieza. Nos vemos en la siguiente entrada!!

"Siempre sueña y apunta más alto de lo que sabes que puedes lograr" -William Faulkner

3 comentarios:

  1. Genial Álvaro, espero y deseo que tu experiencia sea única y sobre todo muy fructífera!. Un abrazo desde España!!

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  2. Genial Álvaro, espero y deseo que tu experiencia sea única y sobre todo muy fructífera!. Un abrazo desde España!!

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  3. Estupendo, Álvaro, disfruta de la experiencia y sácale el máximo partido posible. Un abrazo desde Lucena, Antonio Rodríguez.

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